- Buenos días, podría comunicarme por favor con el CEO?
- Con mucho gusto, de parte de quién?
- Del Diablo, CEO del Infierno.
- Un momento por favor. Jefe tiene una llamada de la competencia.
- Buen día, habla con Dios, el CEO del cielo, en qué le puedo ayudar?
- Hola amigo mío, parece que hace siglos no hablo contigo. Quisiera decirte que esta es una llamada de cortesía, pero lamentablemente no es así. Se nos ha escapado un alma un poco díscola y quería saber si se encuentra allá.
- Pues dime cómo es?
- Mira, es un señor ya de edad, colombiano, acabó de fallecer hace unos días por la pandemia aquella que azota la Tierra, le gustan los caballos, tiene un tonito más bien soso al hablar, un poco mandonsito para mi gusto, pero congeniamos en algunas ideas. Lo has visto?
- Bueno, es un poco genérica esa descripción, déjame scanneo el lugar. Pues mira, entre los últimos que han llegado si hay un señor que cumple esas características, pero no creo que sea el que estás buscando. Este es un abuelito conservador, un gran líder, si vieras que ya organizó acá una gente para protegernos de la entrada de intrusos, precisamente.
- Curioso, el que yo estoy buscando hizo lo mismo aquí.
- Lo siento, no te lo puedo devolver, dijo Dios, el hombre tiene buenas ideas y muchos adeptos.
- Mira sino me lo devuelves voy a tener que ir al tribunal de almas y exponer este caso, es que te quieres quedar con todos.
- Puedes hacer lo que quieras, yo alegaré derecho a la libre competencia.
- Pero eso no es lo que dice el libro de la eternidad, allí dice que después de un análisis exhaustivo el tribunal decide a dónde debe ir cada alma y esta decisión es irrevocable. Este no es un falso positivo del tribunal.
- Justo en este momento te estoy mandando un email con un archivo donde se enuncian todas las buenas acciones que este terrateniente hizo en vida y verás que pertenece acá al Cielo, además de una carta con diez millones de firmas a su favor.
- No puedo creer que sigas siendo tan ingenuo, no sé cómo llevas tantos años al frente de esa corporación, en fin, te estoy mandando un archivo con todos los ilícitos que mi querido amigo hizo en su país, además de otras pruebas, entre ellas declaraciones juramentadas de almas que tengo en mi nómina. La verdad es que el hombre es audaz, parece que yo lo hubiera criado.
- Bueno, no puedo más que darte la razón, cómo detesto eso. Ya mismo te lo devuelvo, por favor asegúrate de que no se te vuelva a escapar nadie más.
- Con gusto, ah y por favor también que traiga la motosierra, estoy usándola como herramienta de coaching. Hasta pronto querido amigo.
Hasta luego señor Satán, que siga ardiendo por toda la eternidad.
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