Eran las ocho de la noche, los invitados ya empezaban a llegar, era el cumpleaños número cincuenta de Rafaella, el sitio escogido para tal magnánimo evento era una mansión al sur de la ciudad. La entrada estaba decorada con antorchas, al llegar los invitados eran recibidos por una hermosa mujer, en un vestido de tiras negro, que los conducía a sus respectivas mesas.
Sebastián y su esposa fueron ubicados en la mesa número diez, fueron los primeros. Conforme fue pasando el tiempo otros invitados se sentaron junto a ellos, en total eran cinco parejas. Después de las debidas presentaciones y conversando entre ellos, descubrieron que los hombres de la mesa 10 eran ex parejas sentimentales de Rafaella.
La noche transcurría muy animada, la fiesta era inmejorable, Sebastián bailaba con su esposa un bolero. Al terminar la pieza, la hermosa dama susurro al oído de su esposo que iría al tocador. Transcurrieron varios minutos, luego más, hasta que Sebastián preocupado se levantó de su asiento para ir a buscar a su esposa, llevaba más de treinta minutos sin volver del tocador.
El primer sitio donde buscó Sebastián fue en el baño de damas, obviamente, pero no la encontró. Preguntó a varias mujeres que se encontraban allí si la habían visto, ninguna pudo dar razón.
Discretamente, indagó con varios meseros pero nadie parecía haberla notado, al no encontrar respuesta positiva, se devolvió a la mesa. Allí se encontró con la sorpresiva noticia de que otra de las esposas también estaba desaparecida. Transcurrida una hora, las cinco esposas de la mesa diez no aparecían en ningún lado.
Los esposos encabezados por Sebastián fueron a hablar con Rafaella, exponiendo la extraña situación. Rafaella se echó a reír sin más.
—Amigos míos, esto debe ser una broma de sus queridas esposas, seguramente están charlando animadamente en algún lugar de la casa, es muy grande. Ahora, si me disculpan debo pasar al salón de baile, la orquesta empezará a tocar en breve.
Los señores parecieron tranquilizarse un poco, Rafaella tenía razón, seguramente estaban cotilleando sobre la fiesta y la cumpleañera.
A las doce en punto después de buscar en cada rincón de la mansión, los esposos se dieron por vencidos y volvieron a buscar a Rafaella, quien en ese preciso instante estaba soplando la única vela que adornaba el pastel. Esperaron a que terminará el protocolo, exigieron a Rafaella que nadie saliera del lugar, apagar la música y llamar a la policía.
La cumpleañera, dominante por naturaleza, no estaba acostumbrada a recibir órdenes, sino a darlas, así que no les prestó atención y continúo comiendo pastel. A Sebastián ya se le había colmado la paciencia, agarró a Rafaella por el brazo y la zarandeó fuertemente. Rafaella con una fuerza descomunal lanzó a Sebastián contra una pared, sus ojos color miel se tornaron rojos, el lugar se llenó de niebla y con una voz ronca la mujer dijo: «Necesitaba la sangre de cinco mujeres que hubieran amado a los mismos hombres que yo, es el ingrediente clave de mi conjuro de juventud. Se me ocurrió la idea de la fiesta y ponerlos juntos para poder reconocer a sus esposas. Los cincuenta años son el inicio de la vejez, no pienso pasar por esa maldición. Podrán encontrar a sus esposas en una casita cercana al lago de la mansión, están un poco débiles, pero vivirán». Enseguida, ante los ojos de todos Rafaella desapareció.
Sebastián se despertó sobresaltado, buscando a su esposa, la cual dormía plácidamente a su lado. El la besó como si no la hubiera visto en mucho tiempo, ella despertó.
—He tenido una pesadilla, habíamos ido a una fiesta y tú desapareciste, la anfitriona de la fiesta te había secuestrado para robarte sangre. Fue horrible.
—Amor, creo que estás viendo muchas películas de terror antes de acostarte.
Mientras desayunaba Sebastián leyó en su móvil una noticia que le llamó la atención:
Rafaella Albarracín, la famosa empresaria, se encuentra desaparecida desde anoche, su esposo dio aviso a las autoridades esta mañana al no hallarla en su cama como siempre y no poder localizarla en su celular. Ayer justamente cumplía cincuenta años y estaba muy animada con su fiesta de cumpleaños, según palabras de su esposo.
Comments